HISTORIETAS LOCALES, 19: EL CACIQUE INFORTUNADO
El 31 de mayo de 1911 se celebró en los juzgados de Guadix un juicio contra don Emilio Bessieres y Ramírez de Arellano. La plaza de la Constitución estaba abarrotada de gente, y periodistas desplazados a Guadix desde Granada y Madrid aguardaban con expectación inusitada el desenlace de un juicio que se prolongó durante cuatro días. Cuando se supo la sentencia absolutoria del tribunal popular, se produjo una estruendosa aclamación de la multitud que vitoreó al reo cuando abandonó los juzgados sin poder contener las lágrimas de emoción y sorprendentemente abrigado para el día caluroso que hacía, lo que delataba su quebrantado estado de salud. Se le acusaba de acuñar más de doce mil monedas falsas y había pasado el último año y medio en una celda común de la cárcel Modelo de Madrid. Emilio Bessieres nació en una casa palacio de la cuesta de Gomérez de una familia con antecedentes militares carlistas. En 1875, a la muerte de su padre, heredó una finca en Diezma, el cortijo Holopos. La