DIEZ COSAS QUE DEBÍAS SABER DEL JOVEN ÁNGEL GANIVET

Casa natal de Ganivet
Enriqueta Lozano, 3
1. Ángel Ganivet  nació en la casa de sus abuelos maternos, en la calle San Pedro Mártir núm. 13 (enfrente del Corte Inglés más o menos) el 13 de diciembre de 1865.
       Se llamó Ángel por su madre, doña Ángeles García Siles. Peros sus padres vivían una calle más atrás, en la calle que actualmente se llama Enriqueta Lozano, núm. 3 (entonces se llamaba calle Darro). Allí vivió hasta los diez años. En 1989 el Ayuntamiento mandó poner en  la fachada de la casa natal una placa conmemorativa, pero la  disposición  nunca se ejecutó.
Casa de la cuesta Molinos
2       El 4 de septiembre de1875 murió su padre, don Francisco Ganivet Morcillo, de un cáncer de estómago, en Dúdar. A él le dedicará el Idearium Español, impreso en la Tipografía de Paulino Ventura, en la calle Mesones. Entonces  la madre y los cinco  hijos se trasladaron a la casa del abuelo, "el papaíto", que ahora vivía en la cuesta Molinos, que fue la residencia definitiva del escritor en Granada (continuaré siempre, aunque llegara a habitar un palacio de mi propiedad, llamando mi casa al molino de Granada)
 3.    A  menudo utilizaba metáforas del mundo de los molineros: Era un hombre completo, como el pan bueno y sano, con su harina y su salvado y su acemite; todo era sustancioso en él, todo interesante. O Por un lado me sale la harina y por otro las ideas, que en conjunto me deben dar corte de pensador farináceo. Ganivet estaba destinado a ser molinero, pero una caída de una higuera (otros dicen que de una burra) le produjo graves daños en una pierna que le imposibilitaba realizar esfuerzos físicos. Solo el empeño de su madre evitó que le amputaran la pierna, afectada de gangrena; él mismo se negó a usar muletas, a pesar del esfuerzo que le suponía andar. Pero siempre recordaría como la mayor tragedia sufrida en su infancia la pérdida de un sombrero nuevo durante la procesión de la Virgen de las Angustias.

4.   A pesar de todo, participaba con ardor en las épicas  peleas de los niños del barrio del Realejo (los greñúos) contra los del barrio de la Angustias, acompañado de su amigo el Navarrete, que remedaban las batallas de los carlistas y los isabelinos; verdaderas batallas campales que describe en La conquista del reino de Maya y en La derrota de los greñudos y de las que salió malherido. Su madre le reprochó que peleara contra sus antiguos vecinos y compañeros.

5.   Entró a trabajar como aprendiz de escribiente en la notaría de don Abelardo Martínez Contreras, en la calle Recogidas, 21, ¡e iba desde el molino del paseo del Salón dando la vuelta por la cuesta del Caidero, cuesta Gomérez, y Reyes Católicos, para hacer ejercicio! Don Abelardo recomendó a su familia que el joven debía hacer el Bachillerato, aunque fuera ya con una considerable diferencia de edad con sus compañeros. Hizo el examen de ingreso el 20-VI-1880
Profesores de Ángel Ganivet
Ganivet estudiante

6.    Estudió en el Instituto que entonces estaba en el actual Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago.   Recordará siempre con cariño y admiración a don Mariano Gurría o a don Rafael García Álvarez. En cambio, no le gustaba el profesor de Retórica, don Joaquín de los Reyes, al que respondía cuando le mandaba hacer poesías sobre temas obligados que "para decir tonterías en verso, es mejor escribir en prosa, o no escribir, que es lo que yo hago". Tuvo como compañeros a Manuel Gómez Moreno y Francisco Seco de Lucena. Aprobó con Premio Extraordinario, beca de 500 pesetas y 15 sobresalientes.

El joven Unamuno
7.    Hizo a la vez las carreras de Filosofía y Letras y Derecho, las cuales terminó también con Premio Extraordinario. Destacó entre sus profesores el catedrático de Filología Clásica, el almeriense don Antonio González Garbín, quien se convirtió mentor y amigo del estudiante. En Madrid preparó las oposiciones de profesor de Griego, junto a Unamuno, que fue el único que las aprobó. Según el tribunal “ninguno sabía griego, pero hemos dado la cátedra al único capaz de aprenderlo”. Aprobó unas oposiciones al Cuerpo de Archiveros y se instaló en un piso amplio del número 32  la calle Lope de Vega (la misma calle donde vivió una temporada Pedro Antonio de Alarcón).



8.    Era un lector crítico y exigente.  De los escritores del siglo XIX habla mal de todos: de Pereda, de Valera, de Pérez Galdós, de Flaubert, de Turgueniev, de Pierre Loti; y se ensaña con Clarín, Pardo Bazán y Emile Zola. Solo se salva Pedro Antonio de Alarcón (“Hay que reconocer en Alarcón una maestría consumada”). Sin embargo, doña Emilia le envió una calurosa crítica a sus Cartas Finlandesas. Ganivet es evidente puente entre Alarcón y Lorca.

Amelia Roldán
El joven Ganivet
9   ¿Y el amor? No se tiene noticia de ninguna aventura amorosa hasta su llegada a Madrid en 1889. De adolescente, tenía, según los describen sus amigos “un aspecto de cochero... un poco simiesco”. Era muy alto (1,80), malhumorado,  tenía la cara ancha y la mandíbula prognata. Además, se había dejado crecer la sotabarba y se afeitaba el bigote, lo que no le favorecía. Cuando se dejó crecer la barba completa, tal como lo ha dejado el retrato de Ruiz de Almodóvar, su aspecto mejoró considerablemente.  Entonces comenzó sus tormentosas relaciones con la bellísima Amelia Roldán, con la que tuvo dos hijos. A la que seguirán algunas otras (relaciones). Pero no muchas. Yo creo que una (Masha), o ninguna. La hija mayor de Amelia y Ángel, Natalia, murió con pocos meses en Saint Leger Le Domart (Amiens), donde la habían dejado a la semana de nacer al cuidado de unos granjeros, y a su hijo Ángel Tristán lo crio su hermana Isabel en Madrid, en la calle Velázquez, 72.


 




Café Colón, frente al Suizo
Sede de "El Defensor de Granada"
El Defensor de Granada 21-8-1892 
110 En Granada formaba parte de la Cofradía del Avellano, un grupo de jóvenes que se citaban en el café Colón (en la esquina de la calle Mesones con Reyes  Católicos), pasaban por la redacción de "El Defensor de Granada", en el número 8 de la calle Reyes Católicos, donde Ganivet publicó su primera colaboración el 21 de agosto de 1892; hacían un descanso en el Paseo de los Tristes y partían hacia la Fuente del Avellano, donde mantenían una tertulia tan inteligente como divertida. Formaban parte del grupo Ángel Ganivet, Nicolás María López, Matías Méndez Vellido, Gabriel Ruiz de Almodóvar, Rafael Gago Palomo, Antonio Afán de Rivera, Melchor Almagro, etc.





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