Los cuatro reyes de Guadix
Dice Ibn al-Jatib (según Alarcón “poeta, geógrafo e historiador, príncipe de los
ingenios arábigo-granadinos”)
en su Descripción del Reino de Granada que la ciudad de Guadix posee “alcazaba
con trono y corona”. Durante la Edad Media el trono y la corona de Guadix
pertenecieron normalmente al sultán nazarí, pero tuvo algunos paréntesis en los que
disfrutó de existencia independiente.
Abu Yafar Ibn
Milhan
El primer rey de Guadix vivió antes de la época nazarí, entre el imperio
almorávide y el almohade. Abu Yafar Ibn Milhan era un anciano perteneciente a
una familia noble de Guadix que, con la ayuda de Alfonso VII de Castilla, se
proclamó independiente y se desnaturalizó del sultán almorávide Yusuf Ibn
Tasufin. El ejército de la coalición accitana y castellana pudo repeler el
intento de reconquista del gobernador de Granada, al que vencieron en la
batalla de Guadalhorce. Luego volvió a defender con éxito su reino ante el
ataque del poderoso rey de Levante, Ibn Mardanis, el conocido como rey Lobo, gracias a
la estrategia diseñada por el visir del rey Ibn Milhan, que no era otro que Ibn
Tufayl, el Abentofail de los castellanos.
Pero finalmente el pequeño reino sucumbió al ataque de un nuevo imperio que
arrasó toda Andalucía, el imperio almohade (1151). En esta época ya habían construido los
almorávides la alcazaba y la muralla de la ciudad, según testimonia el viajero Al-Idrisi: Es una villa de mediana extensión,
ceñida por murallas, en la cual se negocia mucho, está provista de agua en
abundancia, y hay un río que jamás se seca. Guadix es el punto de reunión de muchos caminos.
El
rey y su visir fueron deportados a Marrakech, donde fueron enviados como
humildes campesinos de las plantaciones imperiales. Allí murió el rey, mientras que el
visir y filósofo fue contratado como maestro de los hijos del sultán almohade, Abd
al Mumin. A la muerte de este, empezó la época más importante de la vida de Ibn
Tufayl, cuando el sultán Yaqub Yusuf lo nombró médico y consejero personal; entonces escribió El filósofo autodidacta.
Nasr I
Durante el periodo nazarí, Guadix conoció un nuevo rey
independiente, fue Nasr Ibn Muhammad. Este era el cuarto rey nazarí de Granada.
Para evitar la guerra con el ejército de los cristianos castellanos y aragoneses
se declaró vasallo del rey castellano, Fernando IV, lo que fomentó la creación
de un partido opositor, liderado por su sobrino Ismail (hijo de su hermana
Fátima), quien extendió el rumor de que el rey se había convertido al cristianismo.
Finalmente Ismail conquistó la Alhambra el 8 de noviembre de 1314 y cedió a
Nasr para su retiro el reino de Guadix, con el derecho a intitularse rey de la
ciudad hasta su muerte, que acaecería el 16 de noviembre 1322. Así pues, fue rey de
la ciudad durante nueve años. En ella Nasr se encontró
confortablemente instalado. Como no tenía descendientes directos, no
ambicionaba más que mantener aquella paz profunda y altiva en compañía de su
voluminosa y vieja esposa. Al exilio les acompañó su visir Ibn al-Ubayd, un
hombre muy inteligente y hábil, pero también un bebedor empedernido, que
encajó con alegría vivir el final de sus desvelos y preocupaciones y disfrutó el remanso de
paz en que inesperadamente iba a transcurrir su vejez. Entre los cortesanos
que siguieron al rey en el destierro
estaba también un famoso médico de Loja, llamado Iza Ibn Muhammad Abu Musa, que
escribió una obra que se titulaba Claves para conservar la salud.
El rey Nasr fue enterrado en la alcazaba accitana, aunque seis meses después de la inhumación, sus restos fueron trasladados al cementerio
real de la Alhambra.
Utman Ibn Abi l-
Ula
El rey Ismail debía su trono al apoyo de un ejército
marroquí comandado por el caudillo Utman Ibn Abi Ula, que fue nombrado gazula,
es decir, jefe del ejército. Cuando el rey Ismail murió en 1325, le sucedió su
primogénito, Muhammad, que era un niño y que entregó el poder a Utman. Inesperadamente,
el joven rey se mostró más resuelto de lo que cabía esperar; restringió la
entrada del caudillo en la Alhambra y le impuso el nombramiento de nuevos
alféreces, algunos de ellos cristianos, dentro del ejército.
Utman no aceptó las
condiciones que le impuso el sultán y se retiró airado de la capital. Primero
logró la adhesión de Guadix, cuya alcazaba tomó como centro de sus operaciones
y se declaró en rebeldía. Desde la época de Nasr ya había planificado que
podría ser rey de aquella pequeña ciudad, pues había advertido que no se adhería con gusto a
Granada. Muhammad no tuvo más remedio que concederle el emirato de la ciudad
para aparentar cierto control sobre las circunstancias. Pero el caudillo
ocupaba el trono y la corona, y, sin permiso del rey nazarí, acometió la conquista de Almería y de toda la
zona del río Andarax. En Almería era gobernador un hermano del rey, Faray, al
que encarceló y asesinó. Muhammad entonces pidió ayuda al recién proclamado rey
de Marruecos, el joven Abu l-Hasan, “el Negro”, que era hijo de una princesa
nazarí. Abu l-Hasan cabalgó hasta la Alhambra , donde se le sometieron los guardias
magrebíes, a los que exigió obediencia a Muhammad. Envió mensajeros al viejo
Utman, que se doblegó a las condiciones impuestas por el rey abandonar Almería. Firmadas las paces, Utman
se reconcilió con el rey, que respetó su retiro en Guadix, pero pronto
murió el anciano guerrero, a los 88
años, después de haber intervenido en 735 batallas. A pesar de su carácter
díscolo y perturbador, fortaleció la situación de los reyes nazaríes y
engrandeció el reino que amaba como propio. Fue enterrado en la mezquita de la
alcazaba de Guadix en un suntuoso mausoleo de mármol negro.
El Rey Zagal
El rey de Granada Muhammad XIII sucedió en 1485 a su hermano
Muley Hacen, en lugar del hijo de este, el rey Boabdil que se había rebelado
contra su padre tres años antes por instigación de su madre, la malvada Aixa, y
además estaba prisionero, en manos de los Reyes Católicos.
Siguiendo el principio 'divide y vencerás' los Reyes
Católicos liberaron al poco tiempo a Boabdil, tras exigirle un fuerte rescate y
juramento de vasallaje, de esta forma lograban que se recrudeciera la guerra
intestina en el reino granadino entre tío y sobrino. Ambos alcanzaron el
acuerdo de repartirse el reino. Boabdil, según este pacto, quedaba al mando de Granada, mientras que el rey Zagal era
reconocido rey de Guadix (1485), hasta que la ciudad fue conquistada por los
Reyes Católicos en 1489. Entonces se retiró al valle del Andarax y luego, en
1491, el Rey Zagal se trasladó a Marruecos, y como relata Pedro Antonio de
Alarcón, y cerramos con nuestro paisano: “Al desembarcar en aquella tierra, la
besó, creyendo que le sería más propicia; pero el Califa de Fez, so pretexto de
castigar sus rebeldías contra MULEY HACEM y contra BOABDIL, apoderose de él, lo
sepultó en una mazmorra, robole todas sus riquezas, e hizo que el verdugo le
quemase los ojos”.
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